Tírate un pase en El Imperio. (Una placa también)

Hay algo interesante que debemos hablar sobre una pasión que sigue siendo estigmatizada, no es mentira que muchos en algún momento hemos rechazado ciertas actividades que a nuestro parecer “están mal” en la mayoría de los casos por la manipulación que ejerce la sociedad sobre nosotros, otras ocasiones por seguir un patrón de conducta también impuesto, el cual no sabemos su origen real.
Si bien es cierto estamos bajo una política de libre expresión y opinión, pero recordemos que mi derecho llega hasta cuando se quebranta el derecho de los demás, es decir, mi libre expresión no me da derecho de ofender a nadie. Esto lo aclaro con el fin de dejar un equilibrio entre la gente que le gusta y no le gusta la manifestación cultural de la cual voy hablar, también porque fui uno de los que en dicho momento la rechacé por las voces de peligro que salían de ahí.
Debo decir que no puedo hablar con exactitud de conceptos "reales" sobre el tema ya que fui un visitante extranjero entre la multitud y todo esto es en base a mi experiencia y a lo que sentí. Cuando llegué seguía con la mirada baja como de miedo y a la expectativa de lo que podía vivir, y si, viví una experiencia muy agradable con personas que me recibieron de la mejor manera, me acogieron como uno miembro más de la manada, como el integrante único pero no diferente. Es en estos momentos donde detienes el tiempo en tu mente y te das cuenta de la calidad humana que existe en personas que a lo mejor reflejan una percepción diferente por solo ir a un picó.
Mi visita al picó el imperio estuvo envuelta por un vaivén de emociones… una persona me dijo que estaba ahí por cultura, pero ¿hasta qué punto puede ser cierto? Yo pienso que tiene mucho de verdad, pero hasta ese momento no me había cuestionado por mi estadía en ese lugar y no le di importancia en averiguarlo ya que simplemente me lo estaba gozando. Entre placas, pases y cantos me mezclé entre la gente, ya no era el nuevo del grupo ni el extraño que miraba a los lados detallando el lugar, esto gracias al círculo en el que estaba, gente alegre y buena que se dedicaron hacerme sentir la pasión de un concierto de champeta pero sobre todo que estuviera bien.
Ahora mientras recuerdo ciertos momentos aquellos, sonrío y pienso en lo bueno que la pasé, en lo grato que es ver cómo la gente se divierte sanamente escuchando algo que nos gusta a todos “la Champeta”
Es de admirar la organización que tiene esta empresa, porque eso pude deducir de esto, el picó es una empresa muy organizada, está dividida por departamentos que se encargan de asuntos específicos para que todo marche bien y no salgan percances en nada; si señores son muy organizados.
Los estigmas que tenía sobre un baile con un picó reconocido han sido disminuidos gracias a mi paso por El Imperio, creo que todo va en gustos y que simplemente hay que vivir la experiencia para poder sacar conclusiones, también creo que podemos encontrar personas desadaptadas en todos lados, desde la discoteca más “IN” hasta en el picó más popular de la ciudad, es una cuestión de la persona, de la problemática que puede estar viviendo o de los lineamiento que sigue dentro de la sociedad, que si roban, que si pelean, que si matan… no lo viví, no sentí un aura negativo; vi gente de todo tipo, pudientes otros no tanto, vi aspectos diferentes por doquier, altos, bajos, vi mucha gente diferente pero vi un factor común, todos fueron a pasarla bien, a escuchar la música que les gusta, la música que se maneja en la ciudad, que es propia de su cultura y a eso no le vi ningún problema.
En vez de criticar o juzgar en temas como este, busquemos de qué manera este canal que jala tantas personas, nos puede ayudar para minimizar los índices de delincuencia en la ciudad, miremos como esta gran empresa como el imperio al cual ven como un icono importante en la ciudad, puede ser útil para guiar a las personas en un buen camino y unirnos en un proyecto que beneficie a la comunidad, sé que se pude lograr algo.
Así que seguiré escuchando una buena champeta y de vez en cuando tirándome un pase.