Sin Alimentos En Canadá. El Covid-19 es una M....
Este es el testimonio de una amiga canadiense amante de la salsa y la costa caribe. La pandemia nos afecta a todos por igual y sin saber que es lo que pasa en realidad o cuando va a terminar, tratamos de sobrevivir cada día. Los dejo con el relato de Shannon.

Un amigo mío colombiano me pidió una nota sobre como pasamos la crisis del Covid-19 en Canadá. Creo que le sorprendió mucho cuando le mostré ciertos vídeos de los supermercados vacíos acá exactamente en el oeste del país. Me imagino que se preguntó ¿cómo es posible que el país no ha logrado que la gente tenga la posibilidad de alimentarse bien durante esta crisis? Mas aun cuando Canadá es visto por ojos extranjeros como un país rico en ciertos sentidos y lleno de posibilidades.
No soy economista ni mucho menos política, así que lo único que puedo ofrecer es mi experiencia. Nací y crecí en este país lindo, aunque mi familia vino de otro país en búsqueda de una vida mejor (una historia muy típica acá) Siempre he considerado que Canadá es un país organizado, próspero y con posibilidades de avanzar.
En los últimos 3 meses, he vivido experiencias que son nuevas para mí. Hemos experimentado momentos de caos, miedo y desorden, una situación todo el mundo está viviendo. Entre la pesadilla de la pandemia, también vemos los héroes, personas que se arriesgan para ayudar a los demás. Considero que, en momentos de crisis, vemos lo peor y lo mejor de la humanidad verdaderamente.
Con respecto a cómo mi país ha lidiado con la pandemia, tengo la mente dividida. Estoy agradecida que el gobierno de Canadá ha brindado apoyo económico a la población, aunque toca decir que no ha sido un apoyo universal y que mucha gente se ha quedado sin trabajo y efectivamente sin dinero. Estoy agradecida de ver a los canadienses ayudándose entre sí, donando comida y mascarillas hechas a mano a las personas necesitadas. Pero todo no ha sido color de rosas, cerramos la frontera con los EEUU muy tarde, y muchas personas están en desacuerdo con las decisiones que ha tomado el gobierno. Las decisiones acerca del confinamiento y el impacto económico han sido duras para nosotros. Supongo que en un futuro lejano veremos cómo hicimos al enfrentar esta situación.
Con respecto a la escasez de comida, es algo nuevo para mí. Nos dicen que no hay trabajadores suficientes en las fincas, que hay problemas con el transporte, y que debemos prepararnos para más escasez y aumento de precios. Tal vez sea el momento de hacer una dieta, de aprender a hacer pan, de cultivar un jardín.
Quiero también agregar unas palabras acerca del impacto de la pandemia en los inmigrantes latinos y afrolatinos en Canadá específicamente. Obviamente estar lejos de la familia y la comunidad no es ideal para ninguna persona, y mucho menos en los momentos difíciles. Pero aparte de los riesgos psicológicos y sociales que presenta la pandemia, existen otras circunstancias que aplican a esta población.
Nos dicen que la vitamina D es una clave en fortalecer el sistema inmunológico contra este virus, al mismo tiempo que cierran los parques, las playas y nos dicen que lo más seguro es quedarnos en casa. En Canadá la gente siempre corre el riesgo de una deficiencia de vitamina D debido al clima fuerte que nos mantiene encerrados durante muchos meses del año. Además, la posición del sol acá en el norte complica la síntesis de la vitamina D en el cuerpo.
Hay más riesgo aun para los inmigrantes que vienen del sur ya que la pigmentación en la piel disminuye la producción de la vitamina D. Es sumamente importante que ellos tomen suplementos si no pueden salir y recibir esta sustancia del sol.
Segundo, las restricciones de entrar y salir del país han impactado a los trabajadores agrícolas que vienen de países como México y Brasil. Ellos trabajan durante la primavera, verano y otoño. Algunos de ellos han mantenido el mismo horario de trabajo durante 20 años o más. Al no venir, pierden la posibilidad de ganarse la vida para su sustento y sus familias, tanto como nosotros perdemos el cosecho que tanto necesitamos para alimentarnos durante el invierno.
Acabamos de entrar en la fase 1 de abrir el país. Algunos negocios van a abrir y empezaremos a vivir nuestra nueva realidad. La mayoría de nosotros estamos felices de poder salir al mundo de nuevo, de vernos (aun desde lejos), de sentir el sol en la cara, de cortarnos el pelo por fin. Vamos a ver si esta acción resulta en una segunda ola del virus o no.
Lo más cierto para mi es aprender a vivir con la incertidumbre. El mundo entero ha vivido esta crisis, y la han vivido juntos, gracias a la tecnología. Entre tanto mal, tanto miedo y fracaso y desastre, también veo mucha solidaridad al haber vivido esta experiencia universal. Tal vez saldremos de esto con el conocimiento que somos iguales y que todos queremos lo mismo, vivir en paz y con salud. Todos queremos poder trabajar con dignidad y tener la libertad de hacer algo de nuestras vidas. De tener un sueño y poder realizarlo.
Por: Shannon Porter