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Mi paso por Malagana: Entre ritos, tradiciones y pasiones. ¡qué el tambor no deje de sonar!




San Marcos de Malagana es un corregimiento de municipio de Mahates, departamento de Bolívar, Colombia. Está ubicado frente a la Troncal de occidente, limitando al norte con el corregimiento de Sincerín, al oriente con la cabecera municipal, al occidente con San Basilio de Palenque y al sur con San Cayetano.





A las dos de la tarde se le prendió fuego a la leña, se puso la olla y el chocolate hirvió, pues la tradicional misa de nueve noches casi iniciaba. Hay dolores que van por dentro, era lo que mi mente hablaba en silencio tras ver la instancia de las personas en este lugar; esta es una de las tradiciones que se mantienen vivas en pueblos de Bolívar aun cuando son para dar el ultimo adiós a los seres queridos, que en realidad es un hasta luego general porque en verdad nunca les diremos adiós, su recuerdo sigue vivo como el canto de un bullerengue y el sonar de un tambor que aunque esté lejos se escucha repicar. A las 4 am un canto rezandero precedía las lagrimas que de todos brotaban, era como si el dolor saliera de sus corazones y se uniera con los demás. En ese momento sentí que mi alma también lloraba pues madre e hijo se unían en la distancia y eso se notaba.


Definición: Las nueve noches – el último adiós-

Los pueblos étnicos contemplan la muerte como el primer paso hacia la gloria, este paso dura 9 días y 9 noches en donde el muerto participa significativamente en todo lo que pasa alrededor.
Las nueve noches son el conjunto de ceremonias y ritos fúnebres que se hacen en honor al difunto, para hacer la despedida o el adiós, antes de la despedida definitiva. Los actos del novenario tienen una duración de, como su nombre lo indica, nueve noches y días, contados a partir de que muere la persona. Estos días son celebrados ininterrumpidamente en aras que su espíritu sea recibido en la gloria y asegurar su descanso. La ultima noche se realiza el levantamiento del altar en horas de la madrugada el cual está a cargo de la rezandera dejando las puertas abiertas y sin impedimento alguno para que alma del muerto pase sin problema. Vecinos y familia esperan hasta esa hora para dar el adiós; la espera se Ameniza con juegos de mesa, cuento e historias de los más ancianos, calentillo, tinto y chocolate para lograr estar despierto.

Siempre he pensado que las personas llegan a ti por un motivo, sin importar si la balanza recae sobre un bien o un mal, hacen parte de la vida; me encontré en el camino un ángel lleno de temor, adolorido por los golpes de la vida y aunque quiere esconder el dolor sus ojos lo reflejan. Ahí inició un viaje lleno de cultura, sereno pero fuerte. Y fue este ángel que abrió paso al extra de felicidad que encontré en aquella tierra santa, donde el tambor no deja de sonar y las personas te acogen sin siquiera saber tu nombre.


Cuatro días en Malagana, cuatros días de verdadera felicidad, rodeado de ti, de ella, de ustedes, de todos y de uno, pues no existen las diferencias solo ese cordón invisible que se une con la mirada, se refuerza cuando cantamos en la madrugada y se guarda en el corazón. Gracias.



Fueron muchas las emociones que sentí en mi paso por malagana, pero sin duda, que me dijeran: “ya eres parte de la familia” lleno mi alma de felicidad. Los lazos no son solo de sangre y hoy hago parte de esa tribu.


Por: Miguel Marrugo

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