8 de Marzo, también es una lucha interna entre mujeres.
¿Qué tan machistas son las mujeres?
Esta es una pregunta de análisis interno, solo lo respondes en tu interior.
La vida tiene pasiones y esfuerzos, metas largas por cumplir y caminos dolorosos por recorrer; si hablamos que los seres humanos pasamos por cada una de las estaciones antes mencionadas, podemos concluir que la mujer le ha tocado un puesto más fuerte, uno que se ha ido liberando con el pasar de los tiempos, pero gracias a la perseverancia, a la resistencia, a la lucha…

El 8 de marzo no es una celebración, es una conmemoración a ese esfuerzo, a la valentía de exigir respeto e igualdad, a la dedicación de cada día para enfrentar un mundo egoísta que está listo para las clasificaciones desiguales y absurdas.
En esta fecha se valen los recuentos de la historia, para aquellos que no saben el significado de este día, también para los que se les olvida cada año, así como olvidan en el contexto que vivimos hoy en día, en un espacio “igualitario” en una democracia a veces inutil, pero que tiene escrito el lugar que todos ocupamos con los mismo derechos y deberes; por eso hago mención en la conmemoración, en honrar una lucha que dio paso a que la mujer ocupara un lugar merecido nada más por el hecho de ser un humano.

La lucha continúa y no simplemente con un sector segmentado, la pedagogía debe ser incluso en su mayoría para las mujeres, muchas de ellas son machistas y discriminatorias para su propio género y aunque puede ser un acto inconsciente, es una realidad. Las mismas mujeres esperan menos de otras mujeres.
Estudios demuestran que este comportamiento viene de tiempos atrás, desde el momento donde se reconocían las diferencias de hombre/mujer, este problema semiótico está guardado en el cerebro inconscientemente en donde se relaciona al hombre con “lider”, “fuerza” “poder” “competencia” y a la mujer con “debilidad” “frágil” “hogar” “cuidado”. Relación que siempre va a poner límites de desventajas que en realidad no hay.
El llamado es a seguir luchando, a seguir trabajando por obtener un reconocimiento, pero no como el género débil, sino como un ser humano que puede tener competencias científicas, profesionales, sociales, culturales, etc., igual que cualquier otra persona; el llamado es a no juzgar por juzgar, a dejar muchos prejuicios que se han creado a través del tiempo que nos condenan a todos, el llamado es a ser visibles con dotes de inteligencia, esfuerzo y dedicación, el llamado es ser iguales de verdad.
Las mujeres son excepcionales en todos sus roles, a lo mejor si vienen con un don extra.


